Hoy os traemos el caso de un paciente que presentaba una maloclusión de clase III. Se considera que un paciente tiene una maloclusión de clase II cuando los dientes inferiores están posicionados hacia adelante en relación con los dientes superiores, creando, en ocasiones, una mordida cruzada o una sobremordida a la inversa.
Además de a un problema estético, la maloclusión de clase III suele estar asociado con dificultades para masticar y pronunciar, dolores en la articulación temporomandibular (ATM) y en la mandíbula, además de un desgaste dental producido por la mala mordida.
Caso clínico de ortodoncia para corregir clase III
Hoy os traemos el caso de esta paciente que acudía a la consulta de Cayetana Manglano en Valencia para resolver la mordida de clase III que presentaba. El paciente acudía con cierto temor, ya que en otros sitios le habían indicado que su caso únicamente tenía solución mediante una cirugía ortognática.
Al analizar su caso en una primera visita gratuita. hemos podido ver que el paciente sufría diversas molestias ocasionadas por una maloclusión de clase III con mandíbula progénica. Para solventar todos estos problemas, la Dra. Cayetana Manglano le propuso tratarse con ortodoncia invisible y microtornillos.
A mitad del tratamiento, el paciente nos comunicó que se tenía que ir a vivir a otro lugar, algo que no supuso un contratiempo para nosotros, ya que somos una clínica internacional que ponemos al alcance de nuestros pacientes todo tipo de facilidades para que puedan continuar con su tratamiento de manera normal.
La importancia de una buena planificación en ortodoncia
Una de las razones fundamentales por las que la planificación es crucial en la ortodoncia invisible es que cada caso es único. Cada persona tiene una boca y una sonrisa únicas, y los problemas de alineación dental pueden variar en términos de severidad y complejidad. Por lo tanto, la planificación personalizada es esencial para abordar adecuadamente las necesidades de cada paciente.
Gracias a una buena planificación somos capaces de prevenir los posibles problemas que vayan surgiendo durante el tratamiento. Los ajustes intermedios pueden ser necesarios en algunos casos, y un plan de seguimiento regular con el ortodoncista es esencial para monitorear el progreso y hacer ajustes según sea necesario.